jueves, 27 de noviembre de 2008

La leyenda de la fundacion de Roma



Para comprender la importancia del Palatino deberemos de conocer las leyendas que rodean a la fundación de Roma y en la que el Palatino jugó un papel crucial.
Los orígenes remotos de la ciudad de Roma, se pierden en la leyenda; siendo seguramente anteriores al año 754 a.C en que ulteriormente las autoridades romanas fecharon su fundación.
Las leyendas (muchas de ellas de origen griego) nos cuentan la historia de su mítico nacimiento: según la Eneida, Eneas huyó de Troya con su hijo Julo, refugiándose en el Lacio, donde pactó con el rey Latino y contrajo matrimonio con su hija.
Más tarde Julo fundó la legendaria y muy cercana a Roma, Alba Longa, y también se creó la ciudad de Lavinio (ambas precursoras de Roma); en Alba Longa doce reyes le suceden (una estirpe de reyes latinos). La sobrina del último de ellos (Rea Silvia) tiene dos hijos con el dios Marte: Rómulo y Remo, cuyo tío Amulio, que había destronado a su hermano y primogénito: Numitor, arroja a las orillas del Tíber para borrar toda descendencia que pudiese reclamar el trono. La famosa loba llamada Luperca los salva y los amamanta en una gruta del Palatino, hasta que son descubiertos y criados por Fáustulo y Larentia. Tito Livio apunta por vocación histórica que la loba sería Larentia, puesto que era denominada "lupula" por los pastores de la zona (siendo este vocablo utilizado tanto para designar a lobas como a mujeres que ejercían la prostitución), pasando más tarde a formar parte de la leyenda simbólica. En cuanto a la citada paternidad de Marte, se debe probablemente a que Rea Silvia fue violada después de haber sido obligada a ingresar en el colegio de sacerdotisas de la diosa Vesta (institución que perduraría hasta la implantación absoluta del cristianismo), cuyo cometido era velar por el fuego sagrado que garantizaba la seguridad del Estado y que no se podía apagar jamás; el servicio de las doncellas vestales era de 30 años y exigía una castidad absoluta, cuya infracción estaba penada con ser enterradas vivas.
Rómulo y Remo amamantados por la Loba
Cuando Rómulo y Remo son lo suficientemente fuertes recobran su puesto en Alba Longa y fundan una nueva ciudad donde los presagios son favorables (Rómulo ve doce buitres, mientras que su hermano Remo ve seis). Tras esto, Rómulo surca con un arado los márgenes que se amurallarían en esta nueva ciudad, y ante la reacción de su hermano atravesando el surco burlonamente, lo asesina (diciendo Rómulo:“Así muera en adelante cualquier otro que franquee mis murallas”); este crimen viene a dar significado a la inviolabilidad de la ciudad que durante siglos se mantendría. Su nombre puede provenir de su fundador, pero también del linaje etrusco de los "ruma", o también del término "rumón" que significa río (Roma, ciudad del río). En cuanto a la famosa estatua de la loba, era etrusca (s. VI-VII a.C.), y se expuso como símbolo de la ciudad, pero se acabó perdiendo hasta la edad Media, cuando se recuperó en el Laterano; los gemelos fueron añadidos por Palliolo en el siglo XV.
Más tarde, ante la escasez de mujeres del incipiente pueblo romano, la leyenda nos cuenta que Rómulo congrega a todos los pastores de los pueblos vecinos en una gran fiesta y los romanos aprovechan para raptar a las sabinas. Los vecinos claman venganza, pero son vencidos por las tropas de Rómulo; más tarde se libra una batalla que llega hasta las puertas de la ciudadela de Roma, pero las secuestradas consiguen evitar la guerra entre sus esposos y sus hermanos, consiguiéndose así el establecimiento de muchos sabinos en Roma.
Al emplazamiento primitivo sobre el Palatino (Roma quadrata) se unen las colinas de los sabinos: Quirinal y Viminal, tras un acuerdo con el rey latino Tito Tacio, y se pacta un reinado conjunto que dominaría totalmente el que sobreviviera al otro. Se puede considerar a Rómulo como primer rey de Roma, y acabaría siendo divinizado como "Quirinus" (esto explica que los romanos se autodenominasen "quirites").
Roma caminaba ya imparable hacia el "septimontium", la ciudad Eterna de las siete colinas.

No hay comentarios: